Aventuras de tres rusos y tres ingleses en el África Austral by Jules Verne

Aventuras de tres rusos y tres ingleses en el África Austral by Jules Verne

autor:Jules Verne [Verne, Jules]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras
editor: ePubLibre
publicado: 1872-01-01T00:00:00+00:00


Sir John Murray, muy fatigado por la jornada de caza, no tardó en dormirse.

—¿De veras? —dijo sir John sorprendido.

—¡Sí! Lo repito, sir John. Antes de mañana, el coronel Everest y el señor Strux no tendrán motivo de reyerta si el viento es favorable.

—¿Qué quieres decir, Mokum?

—Yo me entiendo, sir John.

—Pues bien, hazlo, Mokum; habrás merecido el agradecimiento de la Europa científica, ¡y tu nombre se recordará en los anales de la ciencia!

—Mucho honor es para mí, sir John —respondió el bosquimano, y no volvió a decir una palabra más, sin duda madurando su proyecto.

Sir John respetó este silencio sin pedir ninguna explicación al bosquimano, pero no podía acertar de qué manera pretendía su compañero poner de acuerdo a los dos porfiados sabios que comprometían tan ridículamente el éxito de la empresa.

Los cazadores volvieron al campamento hacia las cinco de la tarde y la cuestión no había adelantado un paso, enconándose, por el contrario, cada vez más la situación respectiva del ruso y del inglés. La intervención con frecuencia intentada de Michel Zorn y de William Emery no había dado resultado alguno. Interpelaciones personales, cruzadas diferentes veces entre los dos rivales, y lamentables insinuaciones formuladas por una y otra parte hacían imposible ya toda conciliación, pudiendo temerse que la querella, llegada a tal extremo, acabara en provocación.

El porvenir de la triangulación estaba, pues, hasta cierto punto, comprometido, a no ser que cada uno de los sabios la prosiguiese aisladamente y por su propia cuenta. Pero en este caso, hubiera sobrevenido una separación inmediata, y esta perspectiva entristecía a los dos jóvenes, que tanto afecto se habían cobrado.

Sir John comprendió lo que ocurría entre ellos. Adivinó bien la causa de su tristeza. Quizá hubiera podido tranquilizarlos comunicándoles las palabras del bosquimano, pero por mucha confianza que tuviera con este último, no quería dar una falsa alegría a sus jóvenes amigos, por eso resolvió aguardar hasta el día siguiente el cumplimiento de las promesas del cazador.

En nada modificó éste sus habituales ocupaciones. Organizó la guardia del campamento según la costumbre que tenía de hacerlo. Vigiló la disposición de los carros y tomó todas las medidas necesarias para seguridad de la caravana.

Sir John debió creer que el cazador se había olvidado de su promesa. Antes de tomar algún descanso, quiso al menos tantear al coronel Everest acerca del astrónomo ruso. El coronel se manifestó inflexible y entero acerca de sus derechos, añadiendo que en el caso de que Mathieu Strux no cediera, los ingleses y los rusos se separarían, puesto que hay «cosas que no se pueden tolerar, ni aun de un colega».

En vista de aquello, sir John Murray, muy inquieto, fue a acostarse y, muy fatigado por la jornada de caza, no tardó en dormirse.

Hacia las once de la noche fue súbitamente despertado. Se había apoderado de los indígenas una agitación insólita. Iban y venían por el campamento.

Sir John se levantó y halló a sus compañeros levantados también.

La selva estaba ardiendo.

¡Qué espectáculo! En aquella noche oscura, sobre el fondo negro del cielo, la cortina de llamas parecía elevarse hasta el zenit.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.